“Laster nabaria zen Yanguasek aipatzekoari baino ez zion argazkirik egin. Bai, hiria, monumentoak, agintariak… baina ez kalezulorik. Nola aterako zuen inork erosi nahi ez zuena, inork ikusi nahi ez zuena erakusten zutenez?”

Ainara Miguel Sáez de Urabain konturatu zen horretaz eta egiaztatu zuen “Vitoria años 30. El Retrato de una Ciudad” artikulu interesgarrian, hurrengo loturan agertzen dena:

http://www.euskonews.eus/0468zbk/gaia46803es.html

Ainara Miguel irakasleak berak bere tesia egin zuen Ceferino Yanguasen Vitoria-Gasteizko 3.000 argazkiei buruz: “Vitoria imagen de una ciudad en calma” izenpea,n UPV/EHUn irakurria 2.006. urtean.

Yanguasen argazki bilduma ikus daiteke Gasteizko Udal-Artxiboan, eta baita hurrengo lotura honetan:

https://www.vitoria-gasteiz.org/wb021/was/contenedorFotoAction.do?idioma=es&clave=12&accion=contenedor

El objetivo, mostrar, a través del análisis de una selección de imágenes, cómo la sociedad vitoriana se representaba a sí misma en la manera en que se hacía fotografiar, y cómo fotógrafo tuvo que tomar partido visual en tiempo de profunda transformación política, económica y social” (del resumen de la citada tesis ofrecida en dialnet).

Realiza un análisis muy interesante de la propia imagen de la mujer “en la mayoría de los retratos de Yanguas la mujer aparece como madre, posando con su prole; o como ama de casa, comprando en la plaza, saliendo de misa, cosiendo.

Atrapada en su rol tradicional, la mujer de Yanguas posa sonriendo dulcemente y con los brazos cruzados sobre el cuerpo, parapetándose tras sus manos, su bolso, sus guantes, su pañuelo, su Biblia o tras sus labores de costura.

Resulta chocante que una de las pocas fotografías en las que las mujeres parecen conquistar las calles esté tomada durante la celebración del primer aniversario de la proclamación de la República, el 14 de abril de 1932. En esta instantánea las dulces sonrisas han desaparecido. Las mujeres marchan más solemnes, más dignas, sin necesidad de escudos.” Es por ello que la recogemos en portada pese a no ser representativa ni de su obra comprometida con las élites vitorianas y con la mujer tradicional. Ni sectores populares, ni los dramas de la convulsa época que retrata incluida la guerra civil, esto es tapado y silenciado en esta obra fotográfica conservadora, elitista pero que por todo ello nos refleja la imagen del poder de las élites de la ciudad.