Los indices de Desarrollo Humano significan un avance práctico y teórico frente a los datos de crecimiento y de la renta per cápita por cuanto interseccionan los índices de crecimiento y creación de la riqueza con la redistribución de esta entre las poblaciones, evidenciando las realidades de la desigualdad e insostenibilidad que esconden los datos del desarrollo como crecimiento que dejan fuera de la mirada los datos y fuentes de la desigualdad y de la sostenibilidad ambiental.

Es un indice que va integrando una mayor riqueza de indicadores aunque la desigualdad y la exclusión sigue siendo excesivamente cualitativa, cultural y social para conseguir expresarse estadísticamente.

El Informe de Desarrollo Humano 2018 siguiendo la senda de anteriores informes que publica el PNUD desde 1990 ya ponía el acento en la cuestión de la desigualdad. Así en la presentación de datos se decía

» la desigualdad se ha convertido en un asunto decisivo de nuestro tiempo, y en muchos lugares es causa de incertidumbre y vulnerabilidad arraigadas. La desigualdad reduce el IDH mundial en una quinta parte. Y golpea más duramente a los países de las categorías de desarrollo bajo y medio.

La desigualdad de género sigue siendo una de las mayores barreras para el desarrollo humano. El IDH promedio de las mujeres es un 6,0% más bajo que el de los hombres, y los países de la categoría de desarrollo bajo sufren las brechas más amplias a este respecto. Según las tasas actuales de progreso, podría llevar más de 200 años cerrar la brecha económica entre los géneros en todo el planeta.

Además, los conflictos en muchas partes del mundo siguen siendo la norma y no la excepción. La violencia no solo amenaza la seguridad humana, sino que también erosiona el progreso del desarrollo. Entre 2012 y 2017, los conflictos en Siria, Libia y Yemen contribuyeron a que el IDH de estos países disminuyera, debido a una importante reducción de su esperanza de vida o a los reveses sufridos en el ámbito económico. Pasarán años —si no decenios— hasta que esos países recuperen los niveles de desarrollo anteriores a la violencia.

Por último, tal como muestran nuestros indicadores ambientales, el progreso de hoy se logra a costa de nuestros hijos. El cambio climático, la disminución masiva de la biodiversidad y el agotamiento de los recursos de la tierra y el agua dulce plantean graves amenazas para la humanidad. Se necesita un cambio inmediato y ambicioso en los patrones de producción y consumo.

Ver el documento de datos en

http://hdr.undp.org/sites/default/files/2018_human_development_statistical_update_es.pdf

Para ver y descargar un resumen del Informe de Desarrollo Humano

http://hdr.undp.org/sites/default/files/press_release_-_2019_human_development_report_to_focus_on_inequality_es_web_version.pdf

Comunicado donde se anuncia mas específicamente que el IDH del 2019 se centrara específicamente en la desigualdad global y local

http://hdr.undp.org/en/towards-hdr-2019

Y donde se dice

«La vida y las perspectivas que enfrenta un recién nacido en un país pobre o en un hogar pobre son radicalmente diferentes a las de los niños más ricos. En todas las sociedades, persisten formas de desigualdad de largo recorrido, mientras que las brechas se abren en nuevos aspectos de la vida. El Informe de Desarrollo Humano de 2019 se centrará en comprender las dimensiones de la desigualdad más importantes para el bienestar de las personas y lo que hay detrás de ellas. El informe irá más allá del discurso dominante centrado en las disparidades de ingresos para considerar también las desigualdades en otras dimensiones, como la salud, la educación, el acceso a las tecnologías y la exposición a choques económicos y relacionados con el clima. Utilizará nuevos datos y métodos para resaltar cómo la desigualdad afecta la vida de las personas de una manera que las medidas basadas en promedios no pueden; y tendrá una visión a largo plazo hacia 2030 y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y más allá.

Etiquetas: Desarrollo Humano, Desigualdad, políticas sociales