Ya lo decíamos hace días en este blog, tras la tormenta electoral veremos la tormenta de los pactos y los repartos de poder. Esta semana se anuncia como la decisiva por la configuración de instituciones. En la vida local veremos el próximo 14, viernes, la Constitución de las Juntas Generales y el sábado 15 el Ayuntamiento del Vitoria.

Los medios de comunicación se llenan de noticias, reportajes, declaraciones y tertulias sobre los pactos. Pendientes de que pasa con el Gobierno del Estado, si hay pacto -y cómo sería este- entre PSOE y Podemos, si el PSOE busca alguna forma de acuerdo también con Ciudadanos y PNV para buscar posibles fórmulas de gobierno en solitario quiza con algunas personalidades del agrado de alguna de esas otras fuerzas, etc…

Noticias sobre si en las catacumbas de la derecha se negocia a dos bandas, a tres, con cámaras o sin cámaras, si Ciudadanos dijo que nada con la otra derechona voxiana y solo con el PP, pero que ayer domingo se reunieron clandestinamente, sin embargo ambas, fuera de los zooms,… Se analiza si habrá reunión a tres, si habrá acuerdos tripartitos para desalojar cualquier acuerdo progresista próximo a Carmena para tomar el poder desde la derecha en Madrid, etc..

Mas debates sobre qué y cómo debe y puede ser el ayuntamiento de Barcelona, sobre las líneas rojas entre si por parte del PSOE y ERC, aunque ambos negociando y presionando a la Alcaldesa en funciones, Colau de los Comunes. Imágenes sobre la intervención de Manuel Valls, cuya relación con Ciudadanos parece ser insondable, sobre apoyar a la actual alcaldesa para que no gobiernen independentistas,.. Comentarios sobre si es posible por cuatro mil votos de diferencia, que Ernest Maragall presente candidatura, o si debe ser la prioridad para las negociaciones y voto con Los Comuns, exigirles que aclaren su posición frente al «juicio del proces» y la judicialización de la política,.. Juegos de azar, competición y presión hacia fuera, al tiempo que seguro que se habla en ritmos paralelos por dentro.

En Euskadi se susurra mas o menos decididamente, sobre los acuerdos, encuentros y desencuentros entre el PNV y el PSOE, de si la situación en Navarra con acuerdo de progreso con líneas rojas o no para Bildu debe influir en los pactos de la CAV o no, de si en el Ayuntamiento de Irun hay candidatura de PNV o se apoya al PSOE.. o de si la situación en Alava (Juntas Generales) o el propio Ayuntamiento dependen del reparto de cargos, etc…

Acercarse a la mañana a la prensa con un café, poner la radio matutina con este o sin él, abrir los noticiarios televisivos, etc.. significa poner algunos de los sentidos del oído, visión, o ambos, en las modulaciones mas o menos interesadas y ocultadoras de lo que realmente se cuece y negocia en los despachos fuera de las cámaras.

En cualquier caso llaman la atención dos cosas, al menos desde nuestro punto de vista:

-La desaparición de toda referencia explícita en materia de pactos, de las políticas y acuerdos programáticos, puntos de prioridad en la acción política, relación con los programas que cada cual ha defendido y prometido que serían su prioridad, etc.. Los y las ciudadanas, ya hemos votado y a partir de ahí perdemos -si no nos activamos para controlar y exigir lo prometido- el control de los acuerdos de poder a los que se esté llegando. Y no lo sabemos ¿porque no dicen o porque quizá en el fondo se aprestan a continuar lo mismo con alguna innovación que consideren digna de presentar a la prensa a mayor gloria de los ejecutivos que resulten?

-La segunda y creemos que en parte clarifica lo ultimo que decíamos en el párrafo anterior, la aparición del gran compromiso ¡con el «mantenimiento de la estabilidad institucional»! se lo oímos a Sanchez, se lo oímos a Idoia Mendia, se lo oímos a Urkullu y al PNV, se lo oímos a la derecha navarra y no navarra, se lo oímos a los circulos empresariales y/o financiero /bancarios,… Todos los ámbitos y expresiones de opinión, acordando la importancia de mantener la «estabilidad institucional»

¿Estabilidad institucional? Extraño nombre que si nos ponemos a buscar en la red nos arroja visiones sorprendentes mas allá de las noticias concretas. Así la CEA (Confederación de Empresarios de Andalucía) en su cuarenta aniversario y en su página revindican la estabilidad institucional como un derecho que definen como

» Uno de los derechos de la sociedad, es el derecho a la estabilidad como elemento imprescindible para asegurar un marco legal de convivencia en el que, respetando las funciones y competencias de los poderes del Estado, se abran tantas acciones, cambios y debates como puedan para enriquecer e impulsar la evolución de la sociedad. En otras palabras, en una democracia y un régimen de libertades consolidados, la estabilidad es una condición fundamental para que las sociedades avancen. «

El derecho a la estabilidad institucional

¡La estabilidad, se dice, es una «condición fundamental» para que las sociedades avancen! La pregunta evidente es ¿avance para quienes?. ¿Para quienes se han empobrecido, precarizado, para quienes sufren el paro, para las mujeres desiguales a golpe de estabilidad de un régimen patriarcal de siglos, para los y las pensionistas que tras toda la vida trabajando no les salen las cuentas de sus míseras pensiones, para los y las jóvenes que ven como no pueden independizarse y que salvo excepciones vivirán peores que sus padres, para los y las habitantes de las barriadas urbanas que ven como los presupuestos van a los centros urbanos.., o para quienes precisamente se enriquecen a costa de todo lo anterior?

El Sr. Urkullu parece coincidir con esa preocupación empresarial, en este caso de gran coincidencia, del empresariado vasco. Asi lo expresaba y comunicaba EITB el 15 de Mayo reciente

» El lehendakari, Iñigo Urkullu, se ha comprometido este miércoles ante los empresarios a mantener la «estabilidad institucional» para facilitar la toma de decisiones de inversión.

En su intervención en un almuerzo-coloquio tras la celebración de la asamblea general de la patronal vizcaína Cebek, Urkullu se ha referido, como una de las claves de la política económica en Euskadi, a la «cercanía» de las instituciones públicas con la economía productiva real. Ver en

https://www.eitb.eus/es/noticias/economia/detalle/6408787/cebek-urkullu-se-compromete-mantener-estabilidad-14-mayo-2019/

Es decir, la «economía productiva real» que necesita esa de esa «estabilidad institucional». Para que quede clara y que nadie piense que esa «economía productiva real» se refiere y es la que sufre un parado, la que se convierte en una agonía para las personas que trabajan hoy si pero tal vez mañana no, con o sin contrato, solo unas horas, etc.. la que no permite llegar en buenas condiciones a fin de mes o que impide hacer previsiones ni siquiera a uno o dos años vista, esa no es a la que deben acercarse las instituciones públicas, no se hacen almuerzo-coloquios con esas gentes, se hacen con circulos empresariales y/o financieros ¡para facilitarles sus decisiones de inversión!

Mucho nos tememos que el famoso concepto tan util para justificar los pactos sin ninguna alusión a la pactado y prometido a votantes resulta un concepto vacio pues dependerá del status quo y la legitimación de cada relación del poderes de cada coyuntura. El franquismo ese que dejó para la historia una legalidad institucional dictatorial represiva, sin libertades, sin elecciones, sin tener que hacer otras promesas que su voluntad política, ese régimen desde luego tuvo una evidente «estabilidad institucional», eso sí a base de reprimir, exiliar. torturar, detener o fusilar.

Y claro que hizo «avanzar» a la sociedad a costa de trabajo esclavo, emigración de mano de obra a las ciudades, o a la emigración para que reenviaran remesas económicas, o haciendo grandes negocios y acuerdos con constructoras y grupos bancarios e industriales. Desde luego tras un millon de muertos, dió una «estabilidad institucional» de cuarenta años. Y creció la riqueza, crecieron las ciudades, creció la economía, pero creció la desigualdad, creció la dependencia financiera a créditos y a horarios de trabajo plagados de horas extras, creció el desarraigo tras la búsqueda del salario, creció la despoblación rural y lo que si es seguro también y sobre todo que creció la estabilidad de la riqueza empresarial y la acumulación financiera y especulativa.

Por eso resulta llamativo desde el punto de vista de derechos y de necesidades de la población votante que el término «estabilidad institucional» sea objeto de la adoración y justificación pactista. Resolver los problemas requerirán acuerdos y pactos programáticos para una acción institucional pública que los resuelva, no que simplemente permita tener mayorías que hagan ganar votaciones en las diversas instituciones, incluidos los presupuestos de cada año (para los que en el fondo se busca esa estabilidad institucional, es decir, tener mayorías que permitan ganar los presupuestos proyectados), que de nuevo se justificaran con que se hace necesario mantener la «estabilidad de las instituciones», es decir, dinero para que siga funcionando la propia institución, su aparato, y sus políticas ¿de siempre?—

¿Y que así Garamendi `presidente de la CEOE pueda felicitar al Sr. Urkullu «por la «estabilidad» institucional vasca» como da cuenta este titular del último Sábado donde además contrapone el éxito de la situación en Euskadi a la «incertidumbre» en el conjunto de España? Ver en

https://www.elmundo.es/pais-vasco/2019/06/08/5cfa9c34fc6c83fe318b45b2.html

¿Es esa la estabilidad institucional de mas continuidad la que nos espera tras el probable pacto PNV/PSOE en Vitoria y Alava, que mantendrá al Sr. Urtaran y a Ramiro Gonzalez al frente de sendas instituciones, eso sí con voluntad de estables, es decir, continuistas, pero de cuyos pactos programáticos sobre lo que quieren hacer sabemos porque informan poco o casi nada?

https://blogs.vitoria-gasteiz.org/medios/tag/estabilidad-institucional/

Ya veremos lo que se evidencia tras esta semana. Veremos lo que nos quieran hacer ver. Pero lo que es seguro, es que el control municipalista y la exigencia de transparencia de la acción política de nuestras instituciones no es algo abstracto y derivado de la exigencia de una buena gobernanza, sino algo urgente y necesario si queremos instituciones públicas al servicio de la gente y el bien común y no de si y para sí mismas.

Etiquetas: estabilidad institucional, pactos