Indignación ante la oleada de violencia y agresión machista y patriarcal en el ciclo estival y festivo. La contundente respuesta de la movilización feminista y la exigencia de mayor contundencia, voluntad, compromiso y medios a las tímidas respuestas institucionales.
23 agosto, 2019 munizipalistokCuando subimos este post, 23 de Agosto 2019, 13,54 horas acaba de llegar la noticia «Detenido en Vitoria por agredir a su pareja en presencia de su hija menor» ver en
Sin embargo esto forma parte de una larga lista de agresiones y violencia machista y patriarcal a lo largo del periodo estival y de las fiestas en nuestro territorio y en el Estado, con un trágico e inadmisible balance muertes, violaciones, agresiones y denuncias diversas.
La amplia movilización feminista que ha ido creciendo año tras año y que veiamos su amplitud y potencia en los 8 de Marzo, pero especialmente en los dos últimos años junto a la amplísima movilización indignada contra la sentencia de la Manada y la respuesta dia a dia, minuto a minuto, pueblo a pueblo, tras cada asesinato, agresión tras agresión, tras cada intento de violación y/o violencia, ha debido seguir movilizándose en la calle, en cada espacio, en las redes, en los medios de comunicación y exigiendo a los diversos poderes institucionales mas compromisos, políticas, recursos y acciones, por la vida, por la libertad, por la dignidad…
NO A LAS PANCARTAS Y LEMAS MACHISTAS EN FIESTAS DE VITORIA-GASTEIZ
INTENTO DE VIOLACION EN PLENAS FIESTAS EN UNA GASOLINERA
MANIFESTACION DONOSTI CONTRA AGRESIONES SEXISTAS EN FIESTAS. AUTODEFENSA FEMINISTA
COMPARSAS BILBAO DENUNCIA AGRESIONES SEXISTAS
También hoy, 23 de Agosto de 2019, nos llega un interesante artículo de Maitena Monroy, Profesora de Autodefensa Feminista publicado en Naiz con el título de » Si hay violencia no es sexual», ver en
E l artículo comienza (el surbrayado es nuestro):
«El control del cuerpo y de la sexualidad de las mujeres ha sido y es una obsesión patriarcal. ¿Por qué? Porque para ejercer el control sobre las personas, lo mejor es primero ejercer el control sobre algo que no te puedes quitar, el cuerpo. Todo lo que se articula en torno a la categoría social «mujer» posee una excesiva corporalidad. Restringir a cuerpo facilita la explotación y opresión de las mujeres, convertidas en meros cuerpos.
Un cuerpo que, a su vez, para ser digno y para validar su dignidad es dependiente de los comportamientos, los propios y los impuestos por otros. Es decir, las mujeres tienen que demostrar constantemente que son dignas. De esta lógica perversa se han derivado a lo largo de la historia los crímenes de honor que daban libertad para asesinar a aquella mujer que no había sabido «proteger» su honor. Nuevamente un ejercicio tramposo puesto a que a las mujeres se nos ha negado históricamente el derecho a la legítima defensa, necesitando de la protección externa. Esta necesidad de protección, incuestionable y derivada de la propia categorización como el sexo débil, es la que legitimaba la dominación del marido, el peaje porque te protegieran de los otros, aunque el marido en cuestión fuese un cruel explotador de todos los recursos de esa mujer.
En aras a la modernidad, ahora a las mujeres nos toca, otra vez, protegernos. La Ertzaintza propone que dejemos de hacer y estar, cuando sabemos que cuanto menos presentes estemos las mujeres en los espacios, más peligrosos se vuelven los mismos. Y que es ese, precisamente, uno de los objetivos de la violencia en el espacio público, que dejemos de estar y hacer con libertad…
La vivencia de un hecho está en función de componentes individuales pero también en función del relato cultural, por eso es muy importante la visibilidad y el reconocimiento de la violencia sexista como un ejercicio de dominación por parte de los agresores y a su vez de vulneración de los derechos de las mujeres, no solo de la víctima directa sino del conjunto. La violencia sexista tiene el poder de impactar sobre el imaginario social como es el caso de la alarma y terror que generan las últimas violaciones colectivas.. «
En efecto, los feminicidios conforman una larga lista, persistente en el tiempo y en el propio 2019 como nos lo muestra el informe «Listado de feminicidios y otros asesinatos de mujeres cometidos por hombres en España en 2019» (listado hasta el 18/08, es decir, hace 5 dias y publicado por Feminicidio.net en
La punta del Iceberg, pero esto emerge, es la punta sobre la superficie, lo que sale a la luz pero su existencia y visibilización es posible por cuanto existe una gran masa mucho mas profunda, oculta e invisible. La crítica de los feminismos van mostrando en sus prácticas sociales y en su crítica y revisión teórica es masa mas profunda sin la cual los 65 feminicios y asesinatos en el Estado Español continuación de los 98 del 2018 no habrían existido.
Hace 4 horas llegaba por twiter la siguiente denuncia por el twiter de Feminicidio.net
Dos referencias interesantes para la reflexión crítica del carácter estructural de esa violencia ligada al modelo cultural hegemónico heteropatriarcal y del capitalismo neoliberal global donde todo está en venta para la reconstrucción y aceptación del orden dominante, violento, machista, desempoderador, antidemocrático y desigual.
» Los maltratadores son hombres normales, demasiado normales. Son los varones que participan del pensamiento machista tradicional y conciben a sus parejas como objetos propios (…) No dudan de su superioridad frente a las mujeres. Independientemente de cómo sean, cualquier mujer es inferior a ellos. Participan del imaginario colectivo, refrendado por la ley hasta hace poco, de que las mujeres son propiedad de los hombres, primero de sus padres y después de sus maridos. Hay maltratadores de todas las edades y entre todas las clases sociales, de todas la creencias religiosas, de todas las ideologías políticas, analfabetos y máster en telecomunicaciones. Negar su comportamiento es uno de los rasgos comunes que tienen entre ellos». Nuria Valera (2002) «Íbamos a ser reinas. Mentiras y complicidades que sustentan la violencia contra las mujeres »
O aquel impresionante poema de Jenny Londoño «Vengo del Ayer» en «Reencarnaciones» tomado de blog «Ideas Feministas en Nuestra América» en Jenny Londoño, Poeta, ensayista y cuentista ecuatoriana, es una feminista y una historiadora de las mujeres ampliamente reconocida en su país.
Adjuntamos uno de los Vídeos hechos con el poema y luego el propio texto
Vengo desde el ayer, desde el pasado oscuro,
con las manos atadas por el tiempo,
con la boca sellada desde épocas remotas.
Vengo cargada de dolores antiguos
recogidos por siglos,
arrastrando cadenas largas e indestructibles.
Vengo de lo profundo del pozo del olvido,
con el silencio a cuestas,
con el miedo ancestral que ha corroído mi alma
desde el principio de los tiempos.
Vengo de ser esclava por milenios.
Sometida al deseo de mi raptor en Persia,
esclavizada en Grecia bajo el poder romano,
convertida en vestal en las tierras de Egipto,
ofrecida a los dioses de ritos milenarios,
vendida en el desierto
o canjeada como una mercancía.
Vengo de ser apedreada por adúltera
en las calles de Jerusalén,
por una turba de hipócritas,
pecadores de todas las especies
que clamaban al cielo mi castigo.
He sido mutilada en muchos pueblos
para privar mi cuerpo de placeres
y convertida en animal de carga,
trabajadora y paridora de la especie.
Me han violado sin límite
en todos los rincones del planeta,
sin que cuente mi edad madura o tierna
o importe mi color o mi estatura.
Debí servir ayer a los señores,
prestarme a sus deseos,
entregarme, donarme, destruirme
olvidarme de ser una entre miles.
He sido barragana de un señor de Castilla,
esposa de un marqués
y concubina de un comerciante griego,
prostituta en Bombay y en Filipinas
y siempre ha sido igual mi tratamiento.
De unos y de otros, siempre esclava.
de unos y de otros, dependiente.
Menor de edad en todos los asuntos.
Invisible en la historia más lejana,
olvidada en la historia más reciente.
Yo no tuve la luz del alfabeto
durante largos siglos.
Aboné con mis lágrimas la tierra
que debí cultivar desde mi infancia.
He recorrido el mundo en millares de vidas
que me han sido entregadas una a una
y he conocido a todos los hombres del planeta:
los grandes y pequeños, los bravos y cobardes,
los viles, los honestos, los buenos, los terribles.
Mas casi todos llevan la marca de los tiempos.
Unos manejan vidas como amos y señores,
asfixian, aprisionan, succionan y aniquilan;
otros manejan almas, comercian con ideas,
asustan o seducen, manipulan y oprimen.
Unos cuentan las horas con el filo del hambre
atravesado en medio de la angustia.
Otros viajan desnudos por su propio desierto
y duermen con la muerte en la mitad del día.
Yo los conozco a todos.
Estuve cerca de unos y de otros,
sirviendo cada día, recogiendo migajas,
bajando la cerviz a cada paso, cumpliendo con mi karma.
He recorrido todos los caminos.
He arañado paredes y ensayado cilicios,
tratando de cumplir con el mandato
de ser como ellos quieren,
mas no lo he conseguido.
Jamás se permitió que yo escogiera
el rumbo de mi vida
y he caminado siempre en una disyuntiva:
ser santa o prostituta.
He conocido el odio de los inquisidores,
que a nombre de la “santa madre Iglesia”
condenaron mi cuerpo a su sevicia
o a las infames llamas de la hoguera.
Me han llamado de múltiples maneras:
bruja, loca, adivina, pervertida,
aliada de Satán,
esclava de la carne,
seductora, ninfómana,
culpable de los males de la tierra.
Pero seguí viviendo,
arando, cosechando, cosiendo
construyendo, cocinando, tejiendo
curando, protegiendo, pariendo,
criando, amamantando, cuidando
y sobre todo amando.
He poblado la tierra de amos y de esclavos,
de ricos y mendigos, de genios y de idiotas,
pero todos tuvieron el calor de mi vientre,
mi sangre y su alimento
y se llevaron un poco de mi vida.
Logré sobrevivir a la conquista
brutal y despiadada de Castilla
en las tierras de América,
pero perdí mis dioses y mi tierra
y mi vientre parió gente mestiza
después que el castellano me tomó por la fuerza.
Y en este continente mancillado
proseguí mi existencia,
cargada de dolores cotidianos.
Negra y esclava en medio de la hacienda,
me vi obligada a recibir al amo
cuantas veces quisiera,
sin poder expresar ninguna queja.
Después fui costurera,
campesina, sirvienta, labradora,
madre de muchos hijos miserables,
vendedora ambulante, curandera,
cuidadora de niños o de ancianos,
artesana de manos prodigiosas,
tejedora, bordadora, obrera,
maestra, secretaria o enfermera.
Siempre sirviendo a todos,
convertida en abeja o sementera,
cumpliendo las tareas más ingratas,
moldeada como cántaro por las manos ajenas.
Y un día me dolí de mis angustias,
un día me cansé de mis trajines,
abandoné el desierto y el océano,
bajé de la montaña,
atravesé las selvas y confines
y convertí mi voz dulce y tranquila
en bocina del viento
en grito universal y enloquecido.
Y convoqué a la viuda, a la casada,
a la mujer del pueblo, a la soltera,
a la madre angustiada,
a la fea, a la recién parida,
a la violada, a la triste, a la callada,
a la hermosa, a la pobre, a la afligida,
a la ignorante, a la fiel, a la engañada,
a la prostituida.
Vinieron miles de mujeres juntas
a escuchar mis arengas.
Se habló de los dolores milenarios,
de las largas cadenas
que los siglos nos cargaron a cuestas.
Y formamos con todas nuestras quejas
un caudaloso río que empezó a recorrer el universo
ahogando la injusticia y el olvido.
El mundo se quedó paralizado
¡Los hombres sin mujeres no caminan!
Se pararon las máquinas, los tornos,
los grandes edificios y las fábricas,
ministerios y hoteles, talleres y oficinas,
hospitales y tiendas, hogares y cocinas.
Las mujeres, por fin, lo descubrimos
¡Somos tan poderosas como ellos
y somos muchas más sobre la tierra!
¡Más que el silencio y más que el sufrimiento!
¡Más que la infamia y más que la miseria!
Que este canto resuene
en las lejanas tierras de Indochina,
en las arenas cálidas del África,
en Alaska o América Latina.
Que hombre y mujer se adueñen
de la noche y el día,
que se junten los sueños y los goces
y se aniquile el tiempo del hambre y la sequía.
Que se rompan los dogmas y el amor brote nuevo.
Hombre y mujer, sembrando la semilla,
mujer y hombre tomados de la mano,
dos seres únicos, distintos, pero iguales.
Foto de Portada, tomada de Rebelde Comunicación Libre en
http://www.elrebelde.info/index.php/genero/genero/96-libres-alegres-rebeldes-y-vivas-nos-queremos
Etiquetas: Feminismo
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