En efecto, el voto No de PNV/PSOE y la Abstención del PP bloquea el segundo intento de poner en marcha una Consulta Ciudadana por la via de la Iniciativa Institucional. La primera que salió aprobada en el Pleno a iniciativa de Elkarrekin Podemos sobre la ampliación del tranvia al Sur y que salió adelante con los votos de Bildu y PP para posteriormente ser bloqueada y tumbada directamente por el alcalde Sr. Urtaran. Hoy por segunda vez esta via institucional vuelve a mostrar su imagen de callejón sin salida. Esta vez, la abstención del PP y los votos en contra del PNV y del PSOE han negado la consulta ciudadana sobre la movilidad entre los barrios de Salburua y Zabalgana pese a los votos de Bildu y Elkarrekin Podemos.

Así presentaba la Propuesta el portavoz del Grupo Municipal de Bildu, argumentando que la iniciativa se enmarca en la via de la iniciativa institucional cumpliendo todos los trámites y teniendo los informes favorables preceptivos. Por otro lado argumenta el interés de la participación ciudadana que se encuentra perfectamente definida en el Reglamento del que se ha dotado la propia institución municipal, pero del que no ha sido posible que se materialice ninguna consulta incluso cuando consiguió en un caso anterior el acuerdo del plenario. Argumenta además el interés de la iniciativa por incidir en un tema clave del modelo de movilidad de la ciudad y con una pregunta clara y concisa.

Desde Elkerrekin Podemos se manifiesta y argumenta su voluntad de votar a favor de la propuesta esperando que no vuelva a ocurrir como en la propuesta de consulta popular que presentó su grupo con el tranvia sur que consiguió el apoyo del plenario y que fué bloqueado por el Sr. Urtaran.

El PP argumenta su abstención por cuanto su grupo solo apoyará aquellas propuestas de consulta ciudadana que vengan de la mano de la iniciativa popular

El PSOE manifiesta su voto en contra por cuanto significaría bloquear el futuro de la ciudad ante una iniciativa ya aprobada y que cuenta con fondos para su realización. Argumenta que la decisión democrática de la institución con cargos electos tiene la responsabilidad y legitimidad para tomar decisiones dado que para eso les han elegido los ciudadanos. Y que por tanto no se puede argumentar que la consulta ciudadana sea mas democrática.

Por ultimo el PNV plantea que no se está contra las consulta ciudadana sino contra esta consulta en concreto. Y que la defensa de la iniciativa no ha aclarado porqué habria que realizar esta propuesta concreta y la ha defendido con un discurso general. Además, argumentando en línea similar al PSOE, sobre iniciativa ya decidida con fondos ya conseguidos, y añade que además se pondría en duda la credibilidad del Ayuntamiento que primero se muestra a favor con una decisión de la mayoría del Pleno y luego lo pone en cuestión dejandolo en manos de una nueva decisión

En definitiva la lucha por el control de la primera consulta ciudadana que pueda venir por la vía de la iniciativa institucional, esto es de las manos de los grupos municipales, muestra su fotografía de impotencia de hecho. En esta via, los interes políticos priman sobre los derechos de la ciudadanía lo que hace que pese a tener un Reglamento aprobado con vias claras y definidas, no haya manera de que se ponga en marcha ninguna de hecho. El ejecutivo municipal parece tener miedo a las decisiones de la ciudadanía por si pudieran poner en peligro sus intereses y alianzas con determinados sectores y poderes fácticos de la ciudad. Bloquean toda iniciativa que no pueda ser controlada y que no signifique ninguna puesta en cuestión de nada. Por tanto nos encontramos con una via muerta antes de que haya nacido…

Es hora de poner en marcha la via de la iniciativa ciudadana para que Gasteiz pueda celebrar una primera consulta ciudadana. Y esa iniciativa debe surgir y articularse de forma cooperativa y consensuada por el entramado de asociaciones, plataformas, iniciativas ciudadanas y ciudadanía comprometida con que la ciudadanía tiene que abrir camino y expresar su voluntad y decisión ante temas de calado y controvertidos y cuya decisión obligue a que el Ayuntamiento deba aceptar esa decisión y ponerla en marcha.

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