El lunes, 3 de junio, una semana más salen lxs pensionistas de Araba a la calle con sus reivindicaciones que son las de todxs.

En esta sociedad capitalista hetero-patriarcal la discriminación por razón de género es latente. La brecha salarial, según estadísticas oficiales, se sitúa en una 22,9, siendo de un 35% en las pensiones.

Causas son las menor participación de la mujer en el trabajo asalariado de calidad, cotizaciones más cortas por paréntesis de natalidad y cuidado de hijos y mayores, feminización de los trabajos peor remunerados, mayor presencia de mano de obra femenina en trabajos a tiempo parcial lo que implica cotizaciones más bajas, o que muchas mujeres mayores se desconectaron del trabajo remunerado al contraer matrimonio, con lo que ello supone en la dependencia del salario y de la pensión del marido, y de la de viudedad después.

Para revertir esa situación es preciso la existencia de una igualdad real en lo laboral que no lleve a la feminización de los trabajos menos estables y peor remunerados; trabajos tradicionalmente realizados por mujeres deben ser repartidos y considerados cualitativa y cuantitativamente como los demás; existencia de una verdadera estabilidad en el empleo; la mejora de mayor protección de cotizaciones en periodos como el embarazo y la maternidad; alacanzar servicios públicos de calidad para el cuidado doméstico y de atención de niñxs y ancianxs.

Debemos exigir nuevas políticas sociales, de género y educativas, asumiendo con nuevos roles que las responsabilidades son de todxs.

Se requiere un cambio en la mentalidad masculina en casos como la excedencia por nacimiento de hijxs, escasamente usadas aún hoy.

La consecución de un salario mínimo de 1.200€ y una pensión mínima de 1.080€ son la mejor fórmula para reducir la brecha salarial y la brecha en la pensión.

Pentsionistak aurrera!

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