Es cierto que no todo el mundo político tiene la misma situación patrimonial ni la mayoría participa en las llamadas «puertas giratorias» o está en ejecutivas y órganos de poder político donde puedan darse las «tentaciones de intercambios de favores». Es evidente que existe una parte con compromiso ético-político y situaciones parecidas a la de la mayoría de ciudadanos y ciudadanas. Pero también existe -y es no solo llamativo en si mismo, sino digno de reflexionar sobre su significado- por cuanto debieran ser parte de lostextos del debate sobre democracia censitaria, de representación y/o su relación con la democracia participativa y directa-. La prensa nos sirve ya algunos casos y situaciones escandalosas del patrimonio de los y las diputad@s. Este post como muestra evidencia y reflexiona de algunos casos aunque habría muchos mas casos y situaciones similares y no tan conocid@s pero intentando situar el debate en sus raíces. En efecto hay ciudadan@s que ponen el acento en la diversidad de situaciones, así:

Claro que el problema de la Democracia de Representación no radica sólo en el patrimonio de sus Señorías Electas, sino de otros elementos como la construcción y poder de los aparatos políticos, los diseños de votación electoral, las relaciones entre élites que no pasan por la transparencia ni por eleccione. Así las relaciones entre aparatos políticos y económicos, entre ejecutivos de los diversos mundos del poder, mediático, ideológico, financiero, multinacional, lobbys de uno u otro tipo, que nunca pasan por sistemas de elección ciudadano, mayoritariamente opacos, pero dotados de gran poder y que se codean por posición social e incluso espacial con las otras élites de poder.

Estos aparatos trabajan en una determinada dirección y tienen poder para imponer a sus integrantes sus orientaciones o marginarles y situarles en la periferia y lo mas alejad@s a espacios del poder real. Incluso pueden utilizar las imágenes de aquell@s de sus miembros con situaciones mas parecidas a las de la ciudadanía para reforzar una imagen de proximidad y vivencias similares, a gloria de la propia élite del aparato.

Pero es evidente, por la repercusión mediática y por sus características el caso evidenciado recientemente tras conocerse los patrimonios de los y las elect@s, del Sr. de Ciudadanos, Marcos de Quinto, exvicepresidente global de Coca Cola » De Quinto llegó a ganar más de siete millones de euros al año como vicepresidente mundial de Coca-Cola, donde trabajó durante más de tres décadas.» recogido de
https://www.lasexta.com/noticias/nacional/marcos-quinto-declara-mas-millones-congreso-diputados_201906065cf907010cf2414740a2f86b.html

Lo llamativo se repite con datos de uno u otro tipo en otros medios, p. ej en:

https://www.lavanguardia.com/politica/20190611/462807293878/patrimonio-bienes-inmuebles-marcos-de-quinto-diputado-ciudadanos.html

Pero ya lo esperpéntico, indignante y vergonzoso es que se sugiera que su gran patrimonio sería garantía de ausencia de veleidades de robos y corruptelas por ello, como frase de la Sra. Prego refiriéndose al susodicho «Que un señor con esa fortuna forme parte de una lista electoral debería ser recibido como una garantía de que no se va a dedicar a forrarse»

https://www.periodistadigital.com/periodismo/internet/20190509/victoria-prego-lia-buen-cacao-insinuar-diputados-patrimonio-vienen-trincar-politica-noticia-689403857288/

Parecería que se defiende en esta época de ultraderechismo discursivos, mediáticos y políticos que se debe volver a la «Democracia Censitaria». Esto es, volver a aquella situación en que los derechos políticos, de elegir o ser elegidos, solo podían ser ejercidos por quienes tuvieran determinadas condiciones. Así se recogen por ejemplo en Wikipedia

«El censo electoral, dependiendo de cada legislación, incluía restricciones que, descontando desde ya el sexo (la limitación del sufragio femenino), abarcaba los siguientes campos:

1. Restricciones económicas (como el requisito de poseer propiedades inmuebles o un determinado nivel de rentas). Fueron las más extendidas en las diversas legislaciones, debido a que la falta de riqueza despojaba ampliamente del derecho a voto a numerosas categorías de personas que no tenían acceso al patrimonio (que iban desde las mujeres hasta las poblaciones no blancas).
2. Restricciones relacionadas con el nivel de instrucción (requisito de saber leer y escribir). Un ejemplo fueron los «exámenes de alfabetización» practicados en los estados sureños de Estados Unidos de América hasta la promulgación de la Ley de Derechos Civiles de 1965. Estos exámenes servían en la práctica para negar el derecho a voto a la población de raza negra, aun cuando, de hecho, parte de ella estuviera alfabetizada.
3. Restricciones sociales (pertenencia a un determinado grupo social).»

Otras restricciones que se podían encontrar en el sistema censitario se referían a la filiación e incluso el estado civil (solteros)»

Es decir, la democracia censitaria sería un espacio donde unas élites mas o menos amplias debían dirigir la sociedad lejos de la mayoría de las poblaciones por cuanto carentes de riqueza, cultura, educación, títulos, sexo y/o edad. Es decir esa Democracia Censitaria atravesada por claves de desigualdad de clase, género, etnia y/o edad. El argumento era que la gente, la chusma «tendrían intereses y ambiciones perversas» mientras que las élites estarían libres de ellos y sólo les guiaría el amor a la patria, el honor, los valores, el sentido de futuro, la conciencia de país, además por supuesto, de la capacidad ilustrada y formada a lo largo de siglos y generaciones para el ejercicio del poder.

Este sistema se perpetuaría mas allá del derribo del Viejo Régimen Feudal/Mercantil Autoritario y Despótico de los Estamentos y las Monarquías y con diferencias se mantuvo en diversas constituciones democráticas de los siglos XIX y XX.

No sabemos si quienes defienden «el hecho a si mismo» de ese señor diputado tienen esa concepción de fondo y anhelan esa vuelta al pasado, desde luego es evidente que la ultraderechización campea por esos sueños en diversos grados y propuestas, pero no sería extraño si miramos la tradición neoliberal y elitista presentes en muchos discursos de las élites globalizadas y globalizantes de sentirse llamados a la responsabilidad de orientar la dirección del planeta justo en la dirección acorde con sus intereses.

Pero mas allá de los y las nostálgicas (que las hay) de vuelta a lo censitario, lo que es evidente es que el sistema de democracia de representación en si mismo y mas con las modalidades que tiene el sistema en el estado español, listas cerradas, correcciones d´hont, ausencia de mecanismos de control posterior, control y servilismo de los grandes medios, tradición bipartidista alternante, alto grado de abstención, etc.. indican que el sistema de democracia de representación es poco democrático y muy poco controlado y controlable dejado a si mismo.

Por eso es necesario abrir caminos a nuevas formas de acción democrática, a formas de participación, consulta, exigencia de transparencia, apertura a foros donde la ciudadanía pueda proponer, exigir, demandar, destituir, de forma sencilla, colectiva, común, colaborativa, abierta y cotidiana sus prácticas de poder y derechos en lógica con sus intereses legítimos y acordes con modelos humanos, sostenibles e inclusivos.

La Democracia y Control Municipalista no es la única garantía pero si es un espacio de acción y empoderamiento ciudadano, no solo legítimo, sino absolutamente necesario como espacio de acción social, emprendimiento democrático y experimentación del ejercicio del control y construcción de lo comunitario y digno de integrar el espacio de la política y democracia ciudadana.