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¡Basta ya! La violencia machista y patriarcal continua su siniestro recorrido. Tres mujeres de la misma familia, asesinadas por el mismo sujeto delante de sus hijos (Valga, Pontevedra). No es un hecho aislado, es todo un sistema de violencia y desigualdad contra las mujeres.

17 septiembre, 2019 munizipalistok

En este caso ha sido en Pontevedra, brutal por su concentración y escenificación ante los propios hijos, pero forma parte de una larga cadena de asesinatos machistas y otras violaciones y/o agresiones contra mujeres a lo largo y ancho del territorio, con diversidad de edades y ambientes sociales y/o culturales (41 asesinadas en 2019). La alarma feminista es la primera que dispara una alarma ciudadana sobre lo que debiera ser una urgente prioridad de la lucha contra la violencia de genero. Gracias a la movilización feminista y su presión política se avanzó y diseñó un Pacto de Estado que sigue aparcado en algún lugar de la nada y mientras la violencia estructural de todo un sistema violento, jerárquico y desigual para el género femenino, sigue haciendo su brutal recorrido.

Los medios de comunicación muestran la tragedia concreta

http://www.rtve.es/noticias/20190916/hombre-mata-su-exmujer-su-exsuegra-su-excunada-provincia-pontevedra/1979305.shtml

Imagen de El Faro de Vigo, 17/09

Y señalarán si había habido agresiones anteriores, si estaban en proceso de separación o no, si había habido denuncias previas,… sin embargo la crítica y movilización feminista viene señalando que hay que combatir la violencia concreta en sus diversas modalidades pero que es necesario un cambio estructural y sistémico en el ámbito cultural, de las relaciones de poder, de las estructuras patriarcales y familiares, de las desigualdades en la vida social y laboral, en la diversidad de techos de cristal que desempoderan a las mujeres y sobre todo los amplios nichos de opacidad en los cuales opera el machismo y sus diversas violencias.

El sistema de violencia machista, patriarcal y capitalista no solo tolera y reproduce la violencia de la desigualdad, explotación e individualización de las vidas sino que dificulta el empoderamiento de los sectores más débiles, explotados, racializados y/o subordinados en cuyas diversas articulaciones las mujeres siguen siendo victimas en sus diversas expresiones y niveles.

Mientras tanto el grito, la indignación, la denuncia y la movilización y exigencia feminista, siguen siendo la esperanza de conseguir transformaciones que eliminen esta brutal carrera que deja cadáveres de mujeres, violaciones individuales y/o grupales, agresiones y/o la desigualdad como transfondo de un sistema que habla de igualdad y derechos y practica lo contrario ante la desorientación y paralización de un mundo político que parece reducido a hacer declaraciones y concentraciones tras cada tragedia para olvidarse a los pocos dias hasta la siguiente.

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